El término domótica se refiere al conjunto de tecnologías que permiten la automatización y el control inteligente de una vivienda. Estos sistemas se utilizan principalmente para el ahorro energético, pero también para aumentar la calidad de vida, permitir una mayor versatilidad de la distribución de la casa y conseguir que la vivienda sea más funcional y multifacética.
El propósito de estas casas es unir una tecnología más avanzada con la arquitectura para crear diseños polifuncionales y personalizados permitiendo controlar la iluminación, termostato, seguridad, cerradura y entretenimiento doméstico desde la comodidad de un pequeño panel de control.
Hay multitud de ejemplos de domótica en el hogar. La casa inteligente no solo permite que se lleven a cabo determinadas tareas a distancia, incluso desde fuera del hogar, gracias al control remoto mediante dispositivos.
En una casa domótica se pueden prever varios escenarios y programar diferentes respuestas acordes a cada una de esas situaciones.
Con un termostato inteligente puedes simplemente regular la temperatura de tu hogar desde cualquier lugar o programar que la calefacción o el sistema de climatización se enciendan al detectar que alguien se acerca a la vivienda mediante la geolocalización.
Las persianas domóticas pueden ser reguladas a distancia o programadas para su apertura o cierre durante una determinada franja horaria en función de las condiciones meteorológicas del exterior.
Más allá de regular de forma manual la intensidad de la iluminación en una estancia, con una smart home se puede programar para que empiece a disminuir la luz automáticamente a partir de un momento establecido e incluso acompañarlo de un cambio gradual en la temperatura mediante el termostato inteligente.
Con las cámaras conectadas a una central domótica no solo se puede ver en directo la imagen desde cualquier lugar. También podrás programar que se cierren todas las ventanas y puertas de la casa inteligente si se detecta una presencia inesperada.
Otros ejemplos del confort que puede aportar la domótica es que sus sensores son capaces de reconocer cuando el césped requiere agua y encender automáticamente los rociadores. También es capaz de encender la iluminación exterior al notar movimientos, accionar la cafetera inteligente todos los días a un horario determinado o llamar automáticamente a los bomberos si detecta un incendio.
Más allá del confort que ofrece, también es una gran solución en cuanto a la accesibilidad de una vivienda, por ejemplo, aquellas que tengan una movilidad reducida o invidentes. En este tipo de casos, los múltiples dispositivos funcionan de gran ayuda. Desde objetos inteligentes que se comunican por voz hasta otros que se desplazan por la vivienda para ayudar a aquellas personas que tengan dificultades para moverse.
¿Qué se necesita para la instalación domótica?
Central de Gestión.
Sensores.
Actuadores.
Soportes de Comunicación.
Aparatos terminales.
¿Cómo es la aplicación?
La evolución tecnológica ha permitido que la domótica también lo haga de manera que en la actualidad se ofrecen soluciones para todo tipo de viviendas. Además se logró disminuir el costo y simplificar el proceso de instalación, lo cual lo hace más accesible.
Este sistema utiliza distintos sensores para recoger información, procesarla y emitir órdenes a actuadores específicos.
Para que todo esto sea posible, la red de control del sistema domótico debe integrarse con cada una de las redes de la vivienda: energía eléctrica, telefonía, televisión y tecnologías de la información.
Antes de hacer la instalación necesitamos valorar la funcionalidad, fiabilidad, facilidad de uso, calidad, estética y las posibilidad de modificaciones o aplicación. Luego se podrá evaluar qué instalar y cómo. De esta manera, las casas no solo se hacen más inteligentes, sino que además son más polifuncionales y flexibles.
¿Qué ocurrirá en el futuro?
Las opciones van a multiplicarse. Seremos capaces de controlar toda nuestra casa con nuestra voz y de automatizar prácticamente cualquier necesidad de nuestra vida doméstica gracias a la evolución del internet. Y no solo eso: los efectos de la domótica se trasladarán al exterior a través del aprovechamiento de múltiples servicios. Las heladeras podrán hacer las compras de forma autónoma cuando lo consideren necesario, esto será mediante un encargo vía internet. Además serán los principales objetos inteligentes los que se encarguen, de forma autónoma, del mantenimiento de la vivienda.
Hoy en día vivimos obsesionados con la comunicación, y la domótica no es ajena a ello. Ya podemos experimentarlo, a través de los mencionados asistentes de voz y las funciones para controlar algunos dispositivos desde nuestro teléfono móvil.
En un futuro próximo las posibilidades se multiplicarán: desde pantallas de videoconferencia distribuidas por la casa hasta la integración de Internet con muchos elementos de nuestra vivienda. Las televisiones inteligentes, por ejemplo, son una avance de lo que veremos dentro de unos pocos años, cuando nuestras viviendas se conviertan, de facto, en un centro de comunicaciones en nuestra vida.
Un sensor de viento o de sol permitirán al sistema tomar decisiones, como la de subir un toldo para prevenir su rotura en un día ventoso, o la de elevar las persianas eléctricas si queremos aprovechar una jornada soleada. Ciertos dispositivos electrónicos serán capaces de detectar cuándo van a ser o no necesarios y se desconectarán o encenderán en función de las necesidades. Incluso algunos ejecutarán sus tareas adaptándose a los horarios en los que existan tarifas reducidas, reduciendo el gasto económico.
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